Todos nos hemos sentido dañados en algún momento de nuestra vida. Tengas la edad que tengas, alguna vez has experimentado algún dolor emocional y sabes lo que son las heridas del pasado.
En pocas palabras, ¿Cómo dejar de lado las heridas del pasado y seguir adelante? Vamos a verlo.
5 maneras de curar el dolor del pasado
La mejor manera de dejar las heridas en el pasado es aceptar que la alegría y la felicidad pueden volver a tu vida. Y, para ello, has de hacer espacio. Si tu corazón está lleno de dolor, ¿cómo puedes estar abierto a cualquier cosa nueva?
• Toma la decisión de dejarlo ir: aprende a soltar
Las cosas no desaparecen por sí solas. Tienes que comprometerte a «dejarlo ir». Si no haces esta elección consciente por adelantado, podrías terminar auto-saboteándote y no dejando pasar ese dolor pasado.
• Expresar tu dolor y tu responsabilidad
Decir lo que el dolor te hace sentir es útil. Y esto se puede realizar hablando directamente con la otra persona involucrada, escribiendo a modo de desahogo un diario o redactando una carta que nunca enviarás a su remitente.
• Dejar de ser la víctima y culpar a otros
Ser víctima te hacer sentirte bien, es como estar en el equipo ganador contra el mundo. Pero, ¿sabes qué? Al mundo, en gran parte, no le importa. Sí, eres especial. Sí, tus sentimientos son importantes. Pero no te confundas con «tus sentimientos » a «tus sentimientos deben anular todas las cosas, y nada más importa».
Tus sentimientos son sólo una parte de esta gran cosa que llamamos vida, que es compleja y desordenada.
Necesitas tomar la responsabilidad de tu propia felicidad y no poner tanto poder en manos de otra persona.
• Centrarse en el presente y la alegría
Ahora es el momento de dejar ir lo que te duele. Cómo decían los Beatles: «let it be» (déjalo estar). Deja ir el pasado y deja de revivirlo. No se puede deshacer, por lo que todo lo que puedes hacer, es convertir hoy en el mejor día de tu vida.
Cuando te enfocas en el aquí y ahora, tienes menos tiempo para pensar en el pasado. Cuando los recuerdos del pasado se deslizan en tu conciencia (ya que están «obligados» a aparecer de vez en cuando), identifícalos, obsérvalos pero no los juzgues. Después céntrate de nuevo en el presente.
Recuerda, si apretamos nuestros cerebros y vidas con sentimientos de dolor, hay poco espacio para algo positivo. Es una decisión que debes tomar: dar la bienvenida a la alegría de nuevo en tu vida.
• Perdónalos
Puede que no tengamos que olvidar los malos comportamientos de otra persona, pero casi todo el mundo merece nuestro perdón. A veces, nos quedamos atascados entre nuestro dolor y nuestra terquedad, y ni siquiera podemos imaginar ese «te perdono». Erróneamente, creemos que perdonar es sinónimo de «estoy de acuerdo con lo que hiciste.» Nada más lejos de la realidad.
La realidad es que el perdón dice: «no estoy de acuerdo con lo que hiciste, pero no quiero albergar rencor en mi corazón contra ti. Te libero de mi ira»
El perdón no es signo de debilidad. Es querer seguir adelante en la vida y sentir la alegría de nuevo en ella. Yo no puedo hacer eso por completo hasta que deje ir el dolor”.
El perdón es una manera de empatizar con la otra persona y tratar de ver las cosas desde su punto de vista.
Y perdonarse a sí mismo puede ser una parte importante de este paso, así como, a veces, podemos llegar a culparnos a nosotros mismos por la situación o daño. Si no puedes perdonarte a ti mismo, ¿Cómo vas a ser capaz de vivir en paz y con felicidad en el futuro?